Esta es una de las frases que con mayor frecuencia aparece traducida al español solamente con base en la literalidad de las palabras; ello necesariamente causa confusión y malos entendidos entre los destinatarios de ese error. Así, se habla de "compensación para trabajadores", "compensación a obreros", "compensación laboral", "remuneración a trabajadores", "indemnización laboral" y otras similares, que automáticamente hacen pensar en la obligación que tiene el patrón de pagar a sus empleados y trabajadores un salario justo por los servicios que recibe o bien de indemnizarlo en caso de despido injustificado. Más aún, "Workers' Compensation Act", frase traducida como "Acta de Compensación a los Trabajadores", hace que la confusión sea todavía mayor.
A diferencia de los que sucede en México, en donde las leyes laborales son federales, en Estados Unidos, las relaciones obrero-patronales se rigen tanto por leyes federales como por leyes estatales. A nivel federal, hay más de 180 ordenamientos que reglamentan los múltiples aspectos de las actividades que se desarrollan en los lugares de trabajo, que van desde aquéllas que establecen el salario mínimo de los trabajadores a las que prohíben actos de discriminación y a las que dan derecho a los trabajadores a formar y operar sindicatos.
Así, la Ley de Normas Equitativas de Trabajo (Fair Labor Standards Act) determina a nivel federal el salario mínimo por hora, el pago de horas extraordinarias y el trabajo de menores de edad, independientemente de que leyes estatales señalen un salario mínimo más alto, una tarifa más alta para horas extraordinarias o mayores requisitos para el trabajo de los menores, en cuyo caso la ley estatal prevalece. También a nivel federal está la Ley de Seguridad y Salud Ocupacionales (Occupational Safety and Health Act) que reglamenta las condiciones de higiene y seguridad en industrias del sector privado para asegurar que el ambiente de trabajo no implique graves peligros para la salud de los trabajadores.
En los estados, las disposiciones legales se multiplican con leyes y reglamentos que en forma sumamente detallada establecen obligaciones adicionales para los patrones en favor de sus empleados y trabajadores. Entre estas leyes está la que en la mayoría de los estados se conoce como Workers' Compensation Act y que en otros países angloparlantes también se conoce como Workmen's Compensation Act.
Por ejemplo, la Sección 402.021 del Código Laboral del Estado de Texas (Texas Labor Code) establece que los objetivos principales del sistema son, entre otros, que cada trabajador accidentado: sea tratado con dignidad y respeto, tenga acceso a atención médica pronta y de alta calidad y reciba los servicios necesarios para facilitar su reincorporación al trabajo, tan pronto como se considere prudente. Por tanto, es intención que el sistema promueva lugares de trabajo saludables y seguros, a través de incentivos, educación y otras actividades, proporcione prestaciones económicas y de salud en forma oportuna y eficiente, además de que reduzca al mínimo las controversias y facilite su resolución.
Por tanto, lo que se denomina workers' compensation es un seguro de riesgos de trabajo, siendo su denominación completa workers’ compensation insurance, que protege a los empleados y trabajadores de los accidentes que puedan sufrir durante el desempeño de sus servicios o de las enfermedades que puedan contraer como resultado de su trabajo, generalmente en ambientes tóxicos o insalubres. Sin embrago, es obligación del patrón ya sea contratar este seguro con una empresa privada que ofrezca ese tipo de pólizas o bien autoasegurarse, es decir, asumir la obligación de pagar directamente los gastos derivados de la atención médica que se proporcione a sus empleados y trabajadores por las causas antes mencionadas, contratando para ello a un administrador externo (third party administrator o TPA), quien se hará cargo del manejo y control de todos los aspectos relacionados con esos gastos y con las reclamaciones que presenten los empleados y trabajadores sobre este tema; esto último puede resultar más costeable para el patrón, ya que sólo tendrá que pagar los servicios efectivamente prestados por médicos y hospitales, en vez de pagar una prima anual a una compañía aseguradora, que normalmente se incrementa cada año. Además, en el caso de autoaseguramiento, el patrón puede protegerse contra gastos médicos extraordinarios y excesivos de sus empleados y trabajadores con una póliza de control de pérdidas (stop-loss insurance), que puede contratar directamente con una aseguradora o a través del administrador.
En nuestro país, este tipo de protección lo brinda el gobierno federal, a través del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) o del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE), tratándose de empleados y trabajadores de entidades y dependencias de la administración pública, mediante las cuotas obrero-patronales que se pagan periódicamente.
Por lo tanto, tratar de traducir literalmente las palabras que se utilizan en inglés para identificar este seguro resulta ilógico e incongruente, por lo que se recomienda usar “seguro de riesgos de trabajo” como aparece en los artículos 41 y siguientes de la Ley del Seguro Social, que es nuestro equivalente del concepto estadounidense.